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Cinco grandes cronistas del Siglo XX en Colombia

Violencia, periodismo y literatura

La crónica roja

La crónica roja

La crónica roja tiene su origen en Francia con los llamados faits -París en referencia a los sucesos o chismes que se propagaban con el voz a voz, y que muchas veces terminaban siendo una mezcla de realidad y ficción. Con el tiempo el fenómeno evolucionó hasta convertirse en los Fait divers: crónicas serias, de hechos escandalosos, que sumaron fuerza, estilo y refinamiento literario a la prensa francesa.

La crónica roja fue también llamada de sucesos o policial. Este tipo de crónica apareció a finales del siglo XIX, siglo que se caracterizó por los numerosos conflictos que vivió el país.

Colombia fue protagonista hacia finales de siglo de la guerra civil de 1876 y 1877, la guerra civil de 1884 y 1885, la guerra civil de 1895 y la Guerra de los Mil Días. Todas estas guerras de orden político e ideológico serían los antecedentes de lo que se conoce históricamente como la Violencia.

Los hechos violentos y de orden público cobraron en aquella época la misma importancia que los políticos y fue así como surgió la necesidad de crear un espacio que ofreciera la narración de estos sucesos. Allí surgió la crónica roja en Colombia.

En los inicios del género se encuentra al escritor José María Cordovez Moure, quien en sus Reminiscencias de Santafé y Bogotá escribió una detallada crónica sobre los hechos criminales que ocurrieron en Bogotá desde el año 1850, entre estos se encuentran saqueos, robos y asesinatos. Esto le valdría a Cordovez Moure ser el pionero del  género en el país.

 

También se puede vincular a Francisco de Paula Muñoz Hernández periodista, escritor, profesor y funcionario público, quien en 1873 participó en la investigación de uno de los más terribles crímenes ocurridos hasta entonces en el departamento de Antioquia.

A partir de las pesquisas realizadas, Muñoz Hernández escribió la historia de acuerdo a como se iban desarrollando las indagaciones y de allí surgió El Crimen del Aguacatal.

Esta relato fue escrito antes del Nuevo Periodismo, mucho antes de Truman Capote y su A sangre fría, y sin embargo el relato de los hechos ocurridos en la noche del martes 2 de diciembre de 1873 concuerda con las características de la crónica roja.

El periódico La crónica fue el espacio donde el género empieza a aumentar su presencia. Dentro de sus páginas los relatos se clasificaban teniendo en cuenta la magnitud del evento y se presentaban como: sucesos de género grande y sucesos de género chico.

La crónica fue para el pueblo su página de La vida socialEn los principales diarios del país se narraron las tragedias, tristezas y altercados protagonizados por los humildes habitantes de la periferia bogotana. Estos relatos se construyeron con profundo dramatismo, teatralidad y sensacionalismo resaltando los nombres y pormenores de sus protagonistas.

La clase alta también figuró en este tipo de relatos, sin embargo estos fueron construidos con decoro y respeto, guardando el buen nombre de aquellos que figurarían en sus páginas.

La crónica roja alcanza su más alto estándar y estilo literario con Felipe González Toledo periodista bogotano que por su talento y rigurosidad permitió que el género escalara una posición respetable dentro del mundo periodístico y literario. Sus crónicas se caracterizaron por el profesionalismo, la veracidad y una estética que dejaba vislumbrar la profundidad humana en sus relatos.

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